043 ¿Tu primera vez pinchando con vinilos fue en dónde y en qué año? En 2007 en la sala BeCool, lo que había sido el primer Nitsa en Barcelona. Estaba de residente ahí y siempre llevaba una bolsa con vinilos que alternaba con CDs. ¿Tu proyecto actual que más ilusionado te tiene? Pues unos cursos de “Music Curation applied to cultural, marketing and audiovisual industries” que estamos preparando con DIPEF para la Unión Europea y que empezarán este mismo septiembre. Es un proyecto tocho y pionero para dotar de conocimiento académico a las personas que trabajamos seleccionando música. ¿Tu hito que marcó tu carrera? Siempre digo que la mía es una carrera de fondo y que las cosas las voy consiguiendo poco a poco. Las cosas florecen años después de haberlas plantado muchísimos tiempo antes. Claro que las tienes que ir regando... Aunque seguramente el libro que escribí junto a Luis Costa “Balearic: Historia Oral de la cultura de club en Ibiza” me situó como una especie de voz autorizada de la historia musical de la isla. ¿Tu ciudad preferida? La verdad es que soy más de naturaleza...Berlin es muy especial; tiene esa cosa libre, artística e independiente aunque con ese reverso invernal tan tosco. Y con Homies tenemos una relación habitual con la ciudad. Bangkok es flipante... pero quizá me quedo con Nueva York. Pasé un mes y medio allí, y la energía de la ciudad me dejó loquer. ¿Tu artista leyenda? DJ Harvey se convirtió todavía en más leyenda cuando empezamos a tener relación con él. Mi socio en Homies, Camilo Miranda, entabló amistad casi desde que volvió a Ibiza en 2015 y desde ahí hemos ido construyendo una amistad “balearica” compartiendo varios momentos con el maestro y conociéndolo de cerca. Y la cercanía no ha disipado la leyenda. Es un personaje que ha marcado nuestras vidas y del qué explicaremos batallitas cuando seamos ancianos. Alimentando la leyenda... ¿Tu vinilo estrella? Es difícil, claro. Si me pongo en plan neurótico me repasaría la colección pero así de primeras me viene “Un dia en el parque” de Finis Africae, una banda española que con los años se convirtió de culto del “balearic”. Formaban parte de una escena que salió como alternativa a la movida. A esa escena la llamaron “músicas del cuarto mundo”, porque te transportan a mundos que nunca existieron. Tienen un universo muy especial, mezclando folk, world music y electrónica experimental. Suenan a la banda sonora de un programa para niños de La 2 en el 84 pero un poco “twisted”. Es freak pero muy evocador. CHRISTIAN LEN @christianlenmusic
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