TIME LOST:

EL DÍA QUE MARCO CAROLA CONQUISTÓ IBIZA….Y YO ME LO PERDÍ

¿Existe el destino? ¿Todo está escrito y por lo tanto nuestras acciones carecen de valor al ya venir preestablecidas? ¿O por el contrario lo que nos ocurre en la vida es fruto de una serie de pequeñas acciones y casualidades producidas por nosotros mismos o nuestro entorno? ¿Marco Carola estaba destinado a ser un dios electrónico gracias a la caprichosa rueca de las parcas o su éxito se ha debido a una concatenación de acontecimientos ajenos a su voluntad? Todas estas preguntas existenciales propias de una tarde de humo espeso de Chagüen, me surgieron mientras fregaba los platos y contemplaba en el calendario de la cocina una fecha, el 29 de septiembre. ¿Por qué mi memoria se activó ante la visión de esa fecha? Porque en el espacio reservado a los recuerdos inolvidables, el 29 de septiembre de hace diez años ocupa un lugar destacado. Y no solo por asistir a uno de los mejores closing party de Amnesia, sobre todo porque aquel 29 de septiembre se inició el efecto mariposa que desató el huracán Carola.

Pero para explicar cómo se llegó al momento de la eclosión del mito, primero hay que poner sobre la mesa la situación de la isla en aquel 2007. Aquel verano muchos nos reafirmábamos, muy a nuestro pesar, que la isla iniciaba un cambio sin vuelta atrás. La frase “los multimillonarios van a Marbella y sus hijos a Ibiza” se repetía más que nunca, el petrodólar comenzaba a mostrarse sin reparos y la especulación inmobiliaria iniciaba una deriva que nos llevaría a la situación actual. Pero nos daba igual, para qué preocuparse si estábamos inmersos en la explosión de un estilo musical, que tras años de maduración y ostracismo, florecía en todo su esplendor y desde todos los ángulos posibles. Ni los guionistas de Game of Thrones en su mejor momento de inspiración hubieran sido capaces de imaginar el culebrón Clubbing que aconteció aquel verano de 2007. Más allá de los tradicionales seísmos propios de la naturaleza del negocio, los acontecimientos que se produjeron cambiaron la historia de la fiesta en la isla. Los dos grandes protagonistas fueron dos gigantes: Cocoon y Manumission.

Cocoon se había coronado como la mejor fiesta, superando a un Manummision que se encontraba sumido en una eterna lucha de tiras y aflojas con su casero, Privilege Ibiza. Pero este “sorpasso” no fue lo que marcó la trayectoria de sus veranos. Para entender la película hay que remontarse un año antes, en el closing de Cocoon de 2006, el famoso closing de los bocadillos de tortilla de patata. Amnesia ante una restricción de horarios impuesta por el nuevo Delegado del Gobierno, decidió ser “creativa” y audaz. Y ni corta ni perezosa, diseño un atajo para saltarse la normativa, cerrando a las ocho y volviendo a abrir a las diez. Aquella fiesta fue simplemente antológica, para muchos el mejor cierre de Cocoon de su historia, Sven, Richie, Ricardo y Luciano en su máximo esplendor. Pero aquel arranque de rebeldía tuvo consecuencias. El Delegado de Gobierno se tomó aquella triquiñuela legal como algo personal y decidió cerrar Amnesia por las bravas, lo que obligó a Cocoon a desplazarse a Privilege Ibiza para realizar sus fiestas mientras la sanción durase. Una sanción que también se extendió al DC10 y al Bora Bora y cuya argumentación fue «por tolerar el consumo o venta de droga en el interior de los establecimientos»……, como si en el resto de los clubs no pasara nada. Para aquellos frikis que desean saber la verdad como Mulder y Scully, les aseguro que el cierre de Amnesia aquel 2007 se debió exclusivamente a una reacción visceral del susodicho Delegado del Gobierno que sintió que le habían tomado el pelo justo a los pocos meses de tomar posesión de su cargo.

El otro gran terremoto del verano se produjo ya bien comenzado el mismo. Manumission abandonaba Privilege a mitad de temporada para incorporarse a la programación de Amnesia Ibiza. Os pondré un símil futbolístico, es como si Cristiano Ronaldo en mitad de la competición decidiese fichar por el Barsa. Un movimiento que rompía el status quo de la isla y que planteaba un escenario totalmente diferente al vivido hasta entonces. Aquellos que estéis leyendo este artículo y que fuisteis de los afortunados que asististeis a Manumission poco os puedo contar, porque creo que pocas fiestas hayan conseguido el nivel de energía que se vivía en aquellas noches de maravillosa locura. Trasladar un concepto como Manumission de un club a otro no resultó sencillo, su adaptación a un nuevo espacio fue tan traumática y desplegaron tanta energía, que aquel verano marcó el principio del fin de Manumission.

En este contexto convulso se aproximaba el cierre de Amnesia Ibiza, una fiesta que con la ayuda de Red Bull había adoptado el término “festival”. Aunque adaptar este concepto a un club cerrado con únicamente dos salas no dejaba de ser un poco surrealista. Pero así era Amnesia en esos días. Durante muchos años a la escena le extrañaba que Amnesia no apostara por grandes DJs en sus cierres, y eso era debido a que su dueño, Martin Ferrer, tenía una máxima que no se cansaba de repetir: “La gente viene al Closing de Amnesia, no a ver a los DJs”. Aunque no le faltaba parte de razón en su argumentación, la realidad que se vivía en 2007 le hizo claudicar hacia la demanda de “nombres” que exigía un público ansioso de artistas a los que idolatrar. Así que a regañadientes dio el ok a un cartel que contaba con Robbie Rivera, Mar T, Les Schmitz, Cesar de Melero, Brian Cross, Jordi Villalta, Ruben DF y Caal Smile en la Main Room, y Richie Hawtin, Ricardo Villalobos, Booka Shade Live, Marco Carola, Paco Osuna, Mar T, DJ T y Martinez.

La gran baza de aquella noche eran Hawtin y Villalobos, los profetas que consiguieron cambiar la isla y propiciaron desde Cocoon que el techno dejara de ser un estilo marginal en la isla para convertirse en el sonido que llenaba los clubs. Por eso su presencia resultaba imprescindible. No iba a ser sencillo, con Amnesia nunca lo es, y el problema que surgió no era fácil de solucionar. Richie y Ricardo pinchaban en Londres esa misma fecha. Lo que para cualquier club hubiera supuesto un obstáculo irrealizable, para Amnesia suponía una pequeña china en el camino. La incertidumbre era un territorio en el que se movía como nadie. ¿Problemas? Solo un avión privado podría conseguir que los tiempos cuadraran. Pues se pone un avión privado, pero como sois colegas de la casa os rebajáis el caché y os traéis a Paco Osuna (que esa noche actuaba con Richie en una fiesta de Mnus) para que pinche también. Todo solucionado, al estilo David de Felipe.

El día había llegado y la expectación era máxima, cualquier conversación entre los colegas siempre acababa con el closing de Amnesia saliendo a relucir. Si por aquel entonces hubieran existido los “trending topics”, el hastag más repetido hubiera sido #amnesiaclosingparty2016. Yo me presenté en el club a las 22:00, quería tenerlo todo bien organizado ya que me esperaba una noche toledana, debía atender y controlar a un montón de medios de comunicación que se habían acreditado para informar sobre el evento. Más que nada debía controlar, ya que los clubs habían sufrido alguna campaña de periodismo sensacionalista que relacionaba Ibiza exclusivamente con el consumo de drogas. Cámaras ocultas falseadas que tergiversaban la realidad del Clubbing. Nada que ver con lo que ocurre hoy en día, donde el postureo, el clasismo y la opulencia de la isla se cuelan en los informativos como ejemplo de desarrollo turístico. Pero aquella noche sabía que podía relajarme, ya que los que acudieron a informar estaban más preocupados por pasárselo bien que por conseguir el Pullitzer. Con un pequeño tour que incluía visita a la cabina, al backstage (situado en un espació dónde se cambiaban las gogos), y sobre todo con un buen taco de consumiciones gratis, el 90% del trabajo ya estaba hecho. Lo que le permitiría a mi insana curiosidad indagar sobre las intrahistorias que una noche como aquellas suele deparar. Aunque he de reconocer, que por nada del mundo me esperaba lo que estaba a punto de suceder.

Me las había apañado para poder despachar a la prensa poco antes del inicio de la actuación que más motivaba en aquella noche, el directo de Booka Shade. La percusión está muy arraigada en Ibiza desde su época hippie y la actualización que proponía Booka Shade de ese sonido cautivó a la escena musical ibicenca. Por eso sobre las barandillas de la zona vip de la Terraza se concentraba lo más granado de Ibiza para no perder detalle de aquel Live. Y no decepcionó en absoluto. Tras el contundente final, me quedé un poco más para observar como comenzaba su set Paco Osuna, pero en la cabina apareció por sorpresa Marco Carola. Instintivamente eche mano al bolsillo trasero de mi pantalón y saqué un folio con los set times de aquella noche. Paco Osuna de 07:00 a 09:00, Marco Carola de 09:00 a 11, Ricardo Villalobos de 11 a 13:00 y Richie Hawtin 13:00 a 15:00. No le di mucha importancia, los cambios en el orden y en los horarios de los DJs estaban a la orden del día. Me quede un momento observando a Marco, muchos amigos me habían comentado que había algo especial detrás de ese rostro pétreo, de ese aspecto distante que afronta la profesión de DJ con la misma profesionalidad que un neurocirujano. He de reconocer que a mí no me terminaba de calar, aunque por pertenecer a la segunda unidad de Cocoon me merecía todos mis respetos. Pero no fui lo suficientemente paciente, a los pocos minutos de comenzar su set me giré y me dirigí a la Main Room…., ¡Dios que cagada!

Durante varias horas permanecí en la oscuridad de la cabina de la main room, charlando con Jordi Villalta, con Les Schmitz y con Ruben DF, bailando la música de Mar T e hipnotizado por el estallido de color producido por la magia de Susi, diosa de la luz. Eran las 9 de la mañana y ya se notaba el cansancio en los ojos que no habían recurrido a la química, necesitaba algo de sustento si quería aguantar hasta el final de la fiesta. De repente Caal Smile llegó a la cabina y nos comentó que Carola lo estaba rompiendo en la Terraza. Nos insistía en que deberíamos ir a ver cómo estaba la sala y el musicón que estaba pinchado. Pero el hambre es más poderoso que la curiosidad y salí por la puerta de emergencia de la main room. Conduje hasta el bar Can Negre, cuyos desayunos compuestos de cola cao en tazón, zumo de naranja y pincho de tortilla, se convirtieron en el avituallamiento salvador y revitalizante para muchos trabajadores de Amnesia. Me tomé aquel desayuno con calma y regresé al club para disfrutar de la sesión de Villalobos en la Terraza, pero cuando llegué allí y para mi sorpresa. Marco Carola seguía pinchando. ¿Qué estaba pasando? Marco llevaba unas 4 horas pinchando del tirón. ¿Dónde se habían metido Paco Osuna y Ricardo Villalobos?

De repente una mano me tocó la espalda, era Nacho Capella, jefe de los RRPP de Amnesia y uno de los autores intelectuales de aquel closing. Me giré y con cara de preocupación me comentó que saliéramos del club. En el parking me explicó que el avión que traía a Ricardo, Richie y Paco no había podido despegar por problemas meteorológicos. El aterrizaje en Ibiza estaba previsto sobre las 07:00, la hora en la que Paco Osuna debería haber comenzado su set. Así que Marco Carola se estaba comiendo el marrón con una sesión maratoniana con final incierto. Después de beberse de un trago lo que le quedaba de un vaso con hierbas ibicencas me comentó que los tres ya estaban en el avión esperando a despegar y que había que coger una furgoneta para esperarles en la terminal de vuelos privados. Su siguiente pregunta me confirmó que no estaba charlando conmigo, me estaba pidiendo que yo fuera a buscarles. La pregunta en cuestión fue: ¿Vas fino? No se puede decir más con menos palabras.

No, no iba fino. Tener que ser la imagen del club para los medios de comunicación me obligó a ser profesional y evitar el consumo de sustancias estupefacientes durante la noche, exceptuando un par de terapéuticas caladas de finas hierbas. Así que en plenitud de condiciones y preparado para superar cualquier control de alcoholemia, me encontré a mi mismo conduciendo hacia el aeropuerto junto a Nacho Capella y un par de globos de oxido nitroso. No me preguntéis cómo, pero en vez de esperar en el parking de la terminal, nos permitieron entrar con la furgo en la pista. Salí a fumar un pitillo mientras que Nacho no paraba de moverse de un lado al otro, mirando el reloj y su Blackberry. Eran las 11:30 y el avión no había salido de Londres y desde Amnesia nos llegaban las quejas del entorno de Carola, ya llevaba más de 4 horas pinchando y comenzaba a estar un poco hasta los cojones, amenazando sutilmente con pegar la espantada. El único que podía solucionar este problema era Nacho, así que me tocó llevarle de nuevo al club, y pese a mi cabreo evidente, tuve que regresar al aeropuerto.

Estuve más de una hora contemplando las musarañas, haciendo planes para el invierno, resolviendo los problemas del mundo, hasta que una llamada de Nacho asegurándome que el avión ya estaba en el aire, me hizo resoplar con alivio. Mientras el aburrimiento me consumía y no paraba de recibir llamadas de todo hijo de vecino preguntándome si ya habían llegado, a miles de kilómetros, en el interior de un jet privado, Richie Hawtin y Paco Osuna incitaban al piloto a realizar piruetas ante la atónita mirada de un Ricardo Villalobos que se agarraba al asiento con fuerza. No hubo emoción por mi parte cuando el avión aterrizó, pero sí cuando los protagonistas se acercaron a mí caminando junto a su séquito. Porque en aquel momento me di cuenta que el DJ había alcanzado el estatus de Rock Star. Que esa fotografía ante mis ojos de Richie Hawtin, Ricardo Villalobos y Paco Osuna caminado perfectamente alineados a cámara lenta mientras sujetaban sus respectivas copas de vino, era la muestra palpable que los artistas de música electrónica habían adquirido la iconografía de dioses musicales…, y joder que bien les sentaba.

En el corto trayecto hasta el club me di cuenta que estaban juguetones, aunque en la mirada de Paco se reflejaba cierto malestar, en el fondo sabía que ese retraso podría dar al traste con su actuación (aunque un año más tarde fue protagonista de una sesión espectacular).. Aparqué en la bodega trasera de Amnesia, allí esperaba Nacho Capella que les recibió con un abrazo y una palmadita en el culo para que se dieran prisa. Una vez en la cabina pude observar a un Carola desatado y a un público entregadísimo. Una vez que Marco vio a sus compañeros respiró, eran las 13:30 y había comenzado a las 7:00 de la mañana, se quitó los cascos y se tiró extenuado en el suelo de la cabina. Richie y Ricardo tomaban el relevo en un B2B improvisado, pero aquella espera me había cortado el rollo y me había convencido que la retirada era la mejor de las opciones.

Durante los días siguientes, en las tertulias de clubbers, en los sanedrines de los “influencers” de la isla, en los debates entre pareos, todo el mundo hablaba de Marco Carola. Nadie hablaba de Hawtin, de Villalobos, de Booka Shade, ni si quiera de Amnesia Ibiza. Los elogios, las loas, las buenas palabras eran todas sobre la actuación del Napolitano. Incluso algunos afirmaban que se trataba de un set que pasaría a la historia y que marcaba un punto de inflexión en su carrera. Y todo gracias al viento, a las condiciones climáticas que impidieron que el avión que trasladaba a los verdaderos protagonistas de aquella noche aterrizara en hora. Aquel giro inesperado de los acontecimientos permitió a Carola desplegar todo su talento durante seis horas y media frente a la mesa de mezclas, contagiando con su veneno a miles de personas predispuestas y agradecidas. Cada vez que recuerdo esta historia me muerdo el labio y me autolesiono con lo que tengo a mano. Me siento cómo el único invitado a las bodas de Caná que no vio el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Cómo pude ser tan despistado. Al menos podré afirmar que el día en el que Marco Carola conquistó Ibiza yo estaba allí……¡y me lo perdí!

Jonatan Gutierrez