TIME LOST:

[UNVRS] YA ES UNA REALIDAD EN IBIZA.

El pasado viernes 30 de mayo, Ibiza fue testigo de uno de los momentos más significativos de la vida nocturna global. [UNVRS], el nuevo club que ha captado la atención de medio mundo, abría sus puertas por primera vez. A lo largo de la noche, miles de amantes de la música llegados de todos los rincones del planeta se congregaron para asistir a un acontecimiento que ya es leyenda, una experiencia que superó todas las expectativas, redefiniendo lo que un club puede llegar a ser.

LA LLEGADA

Monumental en su ambición, con múltiples capas de concepto y una dedicación artesanal en cada detalle, [UNVRS] nace con una visión clara: crear el club más impresionante y complejo del mundo. Concebido por The Night League —la fuerza creativa detrás de Ushuaïa & Hï Ibiza— y liderado por supropietario, fundador y CEO, Yann Pissenem, este nuevo espacio inaugura un audaz capítulo en la historia del entretenimiento: parte club nocturno, parte escultura, parte sueño.

[UNVRS] narra la historia de un club perdido en el tiempo, renacido siglos después y creado para vivir eternamente. El venue canaliza el espíritu de una finca tradicional ibicenca: muros encalados, piedra natural y texturas terrosas que enraízan a [UNVRS] en el alma de la isla. Su nombre evoca una escala colosal, pero también el espacio, la eternidad y el misterio: un lugar más allá del tiempo y de cualquier coordenada.

Una escultura gigantesca en forma de OVNI, estrellada en la entrada como si hubiera caído del cielo, daba la bienvenida a los asistentes, anticipando la experiencia mágica y surrealista que estaban a punto de vivir. Al cruzar el umbral y descender por la gran escalinata principal, [UNVRS] descubría toda su magnitud: una sala principal de proporciones imponentes que vibraba al ritmo de visuales inmersivas, juegos de luces hipnóticos proyectados sobre paredes monumentales y performers. Todo ello impulsado por un sistema de sonido L-Acoustics diseñado a medida y de una nitidez cristalina.

LA EXPERIENCIA

El espacio fusiona con fluidez zonas interiores y exteriores, invitando al público a moverse entre terrazas, pasillos espejados y niveles superpuestos, cada uno con su propio universo sensorial. Cada sala posee una identidad única —a medio camino entre un paisaje onírico cinematográfico y una escultura sonora— con referencias arquitectónicas que beben del brutalismo, el retrofuturismo y el art déco contemporáneo.