TIME LOST:

AMNESIA IBIZA OPENING PARTY: NO SE PUEDE COMENZAR MEJOR.

Sentado en una incómoda silla del comedor, apurando el cigarrillo y sorbiendo un café bien cargado para que el cansancio no me derrote. Podría haber escrito esta crónica después de echar una cabezada, pero prefiero dejarme dominar por la adrenalina que aún recorre mi torrente sanguíneo y no dejar nada en el tintero. Porque la emoción que he vivido en el opening de Amnesia aún está presente y va a ser ella la que componga estas líneas de principio a fin.

Aunque otras veces ante este tipo de eventos maratonianos prefiero llegar al club en su momento álgido, en esta ocasión me desplacé a Amnesia a primera hora, tras dos años de pandemia quería comprobar cómo iba a responder la gente y cuál era su energía. Con un sol de justicia me adentré en la 3RD Dimension de Amnesia, el espacio al aire libre que sirve como preludio a lo que va a ocurrir en el interior del club. Bastante gente desde primera hora y el flujo fue creciendo a medida que avanzaban las agujas del reloj. Los artistas que compusieron la banda sonora estuvieron a la altura y se ganaron el cariño del público.  Luca Donzelli, Seb Zito y Archie Hamilton no decepcionaron y nos cargaron de energía para aguantar una noche que se presumía épica.

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El club vestía sus mejores galas, perfectamente decorado y con una iluminación que te hacía sentir como si estuvieras en una película de ciencia ficción. Ante el line up espectacular que había en las dos salas, no me quedó más remedio que transformarme en pelota de ping pong y moverme sin parar entre los dos espacios para saborear el sonido espectacular que retumbaba en los altavoces. En la Main Room Squire arrancó la noche con fuerza, pero con la llegada de Lilly Palmer comenzaron de verdad las hostilidades. Esta chica es un torbellino que disfruta de su trabajo y que sabe transmitir y conectar con la pista de baile como pocas artistas de su generación. Con el público entregado Marcel Dettmann entró en escena y subió el nivel de la noche, con esa maestría propia de los gurús del techno. Tras toda la polémica en redes sociales y tras mucho tiempo sin poder disfrutar de ella, Nina Kraviz se subió a la cabina de la Main Room y no le tembló el pulso para regalarnos un set en el que no nos dejó ni un segundo de respiro. Una de las grandes sorpresas, no para mí, fue Patrick Mason. Todo un personaje, un DJ diferente que hace las cosas de forma diferente y que entiende el sonido underground desde un punto de vista digamos que más glamuroso. Lo que escuché en su cierre fue caviar para mis oídos.

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En la Terraza de Amnesia volvió a brotar la magia. CAAL y Lala comenzaron con fuerza ante un público exigente, Mar T se puso el traje de cirujano y dio una masterclass de arquitectura sonora, mientras que el back to back de Eats Everything y Marco Faraone fue un bombardeo constante que hizo retumbar las paredes de Amnesia. Lejos de buscar una pausa en la siguiente actuación para que pudiéramos tomarnos un respiro, Maceo Plex nos recordó que estábamos allí para darlo todo y que si alguien estaba a punto de desfallecer ya sabía dónde estaba la puerta, él no iba a tomar prisioneros.

Pero como suele pasar en los openings y en los closings de Ibiza, lo mejor siempre llega al final, cuando el público lleva a sus espaldas una paliza de bailar y saca fuerzas de flaqueza. Con la luz del día apareció Jamie Jones y su música nos llevó a un éxtasis colectivo que hacía tiempo que no sentíamos. Esa imagen de la Terraza repleta, iluminada con luz natural, es una fotografía que a los más veteranos nos traslada a los años en los que los horarios no estaban limitados. Jamie disfrutó desde el primer minuto y supo transmitir esa alegría a una masa que sonreía y que agradecía ser testigo de aquel momento clubbing irrepetible. La conexión entre Jamie y Amnesia es un hecho y mucho me temo que su fiesta Paradise va a ser uno de los grandes triunfadores de la temporada 2022.

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A la salida del club llegaron los abrazos, las sonrisas y las caras de satisfacción ante lo vivido. Todos los comentarios de la gente con la que charlé fueron positivos. Tras rechazar un par de invitaciones para unirme a improvisados afters, llegué a casa intentando no olvidar ni un segundo de este opening party. Y aquí estoy, luchando contra el sueño, finalizando las últimas líneas de este artículo improvisado. Solo una reflexión final antes de tirarme de cabeza a la cama. Amnesia está más viva que nunca, sin grandes corporaciones ni fondos de inversión detrás de ella, ha logrado sobrevivir a dos años de mierda y volver a la acción sin perder una pizca de su mística. Amnesia es patrimonio de Ibiza y espero que lo sea por muchísimos años más. Os dejo, tengo una cita con la almohada, hoy toca soñar con mi querida pirámide.