TIME LOST:

BULLSHIT Y FIESTA

Cuando mi colega Jordi me comentó que había un nuevo medio de comunicación Ibiza dedicado a la escena clubbing pensé que se trataba de otro proyecto de un soñador que tarde o temprano se daría de bruces con la realidad. Cuando me dijo que su nombre era Fiesta & Bullshit mis cejas se arquearon y la parte de mi cerebro en la que reside la envidia se activó.., ¿cómo no se me había ocurrido a mí un nombre tan chulo? Desde aquel día estuve muy atento a sus artículos y a sus redes sociales, y me di cuenta que aquel nombre reflejaba a la perfección su contenido. Por una parte te informaba puntualmente sobre lo que pasaba en Ibiza pero de una forma diferente, más ácida y provocadora. Porque no solo hablaba de las fiestas y de sus protagonistas, también profundizaba en la hipocresía y en el postureo que comenzaba a expandirse por la isla. Aquella dualidad me fascinaba y avivaba mi espíritu revolucionario, sofocado en aquel entonces por mi trabajo corporativo que me daba de comer.

No tardé en contactar con ellos y poco a poco pude introducir mi punto de vista aportando algún artículo en el que narraba mi experiencia, mis alocadas historias y alguna que otra denuncia sobre los manejos que se cocinaban en el interior de los clubs ibicencos. Aquellas pequeñas colaboraciones cada vez fueron más frecuentes y en la actualidad puedo decir que soy un afortunado de poder escribir al menos un artículo semanal en el que puedo decir lo que me da la gana. Esta libertad no es moneda común en el panorama periodístico clubbing y aunque me he ganado más de un enemigo, el balance final ha sido más que positivo.

Hoy no quiero escribir sobre clubbing, me da mucha pereza ponerme a reflexionar sobre música electrónica cuando todos estamos con la cabeza en otra cosa. Pero necesito escribir sobre algo, para que el tiempo pase más rápido y para que la rabia que llevo en mi interior no se convierta en callo. Por eso me gustaría vomitar lo que pienso sobre esta situación en la que todos estamos metidos, utilizando los dos conceptos que dan nombre a la revista para calificar conductas que están ocurriendo en este tiempo convulso e impredecible.

Quiero dar un gran bullshit a toda esa gente que sale a aplaudir a los balcones y que meses atrás criticaban al sistema de salud español. A los que se quejaban sin parar del servicio y ponían a parir a los médicos y las enfermeras. A todos aquellos que cuando la marea blanca se manifestaba les calificaban como privilegiados que exigían más de lo que merecían.

Un gran bullshit a toda la clase política sin excepción y aquellos acólitos desmemoriados que aprovechan la situación para atizar al contrario sin mirarse a sí mismos. Bullshit para el gobierno por no haberlo visto venir y bullshit para la oposición por intentar aprovecharse electoralmente de esta desgracia. Resulta desalentador comprobar en redes sociales la división del país y cómo cada bando tergiversa la realidad según sus intereses. Más que políticos son tertulianos del Chiringuito que vociferan exabruptos defendiendo los colores de su equipo y menospreciando sin reparo a sus contrincantes.

Bullshit para el Govern Balear por poner como condición imprescindible para trabajar en el sistema sanitario de las islas saber hablar catalán. ¿En serio? ¿Lo más importante para evaluar a un médico y una enfermera es la lengua que hable? ¿Cuántos grandes profesionales se habrán quedado fuera por esta absurda norma? Por favor, reflexionar un poco.

Un grandísimo Bullshit para la policía de balcón que insulta a la gente que ven a la calle. Hijos de la gran puta que insultaron al chaval de mi amigo Ferrán, que sufre de autismo y que tuvo que soportar improperios de gente sin corazón que dispara antes de preguntar. Vosotros no deberíais dejar vuestro confinamiento en la vida, encerrados en vuestros balcones alimentándoos de vuestra bilis.

Bullshit para los deportistas y famosos que nos dicen que nos quedemos en casa, mientras enseñan en su instagram sus casuplones, con 20 habitaciones, jardín de 500 metros cuadrados, gimnasio e incluso piscina climatizada. Hay que tenerlos cuadrados para ponerse como ejemplo.

Bullshit para todos aquellos que nos venden la moto diciéndonos que vamos a salir mejores personas después de esta crisis. ¿En qué mundo vivís? ¿De verdad tenéis la remota idea de lo que es el ser humano? Volveremos a contaminar, volveremos a girar la cabeza cuando nos encontremos un vagabundo en la calle y cambiaremos de canal cuando veamos muertos en pateras. Pero sobre todo, aunque se trate de un mecanismo de autodefensa, nos olvidaremos de lo insignificantes que somos y seguiremos comportándonos como si fuéramos inmortales y los dueños de nuestro destino.

Bullshit para aquellos DJs y promotores que están enviando facturas a los clubs sabiendo que en esta situación sus bolos no se van a producir. Es alarmante el nivel de egoísmo que estamos encontrando en la escena clubbing.

Bullshit para las televisiones generalistas, especialmente para Mediaset, que con la excusa que de que deben entretener a España siguen emitiendo programas basura en los que se denigra la condición humana y en los que su máxima preocupación continúa siendo si fulanito se folló a fulanita. Programas que lobotomizan a la sociedad y la mantienen babeando delante del televisor, para alienarnos y convertirnos en borregos incapaces de levantarnos del sofá. ¿Sálvame es un trabajo esencial?

Bullshit para los programas de información y tertulia política, desde Ana Rosa hasta Ferreras. Seguís cometiendo los mismos errores, sentando en vuestra mesa a periodistas partidistas que no aportan soluciones, ya que solo saben repetir como loros el argumentario de los partidos políticos que les sustentan. ¿Os imagináis un país en el que una ladrona de supermercado y falsificadora de títulos formara parte de una tertulia política? ¿A quién coño le interesa la opinión de Cristina Cifuentes?

Fiesta para todos los sanitarios, sois unos cracks, os merecéis todo y más, pero tened en cuenta que cuando pase todo esto, la mayoría de los que hoy os aplauden os olvidarán, ya que valorarán más al tío meta un gol o al personajillo que gane un reality show.

Fiesta para los DJs españoles, nadie os da bola en este país y seguramente seáis los más perjudicados por esta crisis. Cuando se acabe el tsunami os seguirán menospreciando y os seguirán utilizando como relleno, poniendo por delante de vosotros a artistas mediocres cuyo único mérito es ser amiguetes de un promotor foráneo.

Fiesta para la generosidad sin esperar nada a cambio. Cada día vemos ejemplos de solidaridad que te reconcilian con la humanidad. Gente de buen corazón entregada a la empatía y que ponen en riesgo su salud por llevar una pizca de esperanza al resto de nosotros.

Fiesta para Dave Clarke, no cambies nunca.

Fiesta para el concepto fiesta, uno de los pocos escenarios en los que realmente estamos unidos, carente de hipocresía y cuyo único objetivo es celebrar la vida.

Fiesta para la música, compañera imprescindible en el aislamiento y la mejor medicina para llevarlo lo mejor posible.

Y si me lo permitís, fiesta para Susi, mi ángel de la guardia, mi faro en estos días de tormenta y la razón por la que me levanto cada día. Sin ella mi vida sería una canción de Radiohead en bucle.

No os preocupéis, pronto volveremos a abrazarnos, volveremos a sentir juntos, a sonreír sin límite, a mirarnos a los ojos sin miedo. Y bailaremos, bailaremos como nunca, bailaremos juntos, bailaremos por nosotros, pero sobre todo bailaremos por los que ya no están.

Jonatan Gutierrez