TIME LOST:

DESCANSA EN PAZ PRIVILEGE IBIZA.

Muchos se han sorprendido al leer la noticia del cierre de Privilege Ibiza para esta temporada, para los que estamos metidos en este mundillo loco del clubbing ibicenco no nos ha extrañado, ya que desde hace años el club de San Rafael languidecía poco a poco. Para aquellos que crean que se trata de un impás, de una clausura temporal, tengo que bajaros de esa nube e informaros que es más que probable que se trate de un adiós definitivo. Los motivos son más que conocidos y han cebado el salseo empresarial clubbing durante los últimos meses.

Una nueva propiedad se hará cargo del club y se prevé una remodelación completa que incluirá un nuevo nombre…, aunque ese nuevo nombre no será tan nuevo…, ya sabéis a qué me refiero. Aunque el abandono del club durante estos últimos años era más que evidente, aunque su dirección era errática y su filosofía se había anclado en los valores caducos de finales del siglo XX, Privilege sobrevivía gracias al poder de la nostalgia. Puede que su dueño, José María Etxaniz, tenga algo de razón al culpar del cierre al exceso de oferta electrónica de la isla, la cruda realidad es que la caída de Privilege se debe sobre todo a la falta de inversión, a la nula apuesta por la comunicación, al desarraigo con el colectivo clubbing y a una inexistente estrategia musical que fuera capaz de seducir a los mejores promotores y DJs del panorama internacional. Porque seamos sinceros, Privilege se había convertido en un lugar al que llegaban las fiestas que no encontraban espacio en los otros clubs. 

Es triste que Privilege desaparezca, pero es mucho más triste que lo vaya a hacer de esta manera, en silencio y por la puerta de atrás. Todos sufrimos el trauma del cierre del Space, pero al menos nos quedó un buen sabor de boca en su despedida, con una fiesta memorable que aún no hemos podido olvidar. De Privilege solo nos quedarán los recuerdos de una gloria pasada que le situó por méritos propios a la cabeza de los clubs más importantes del mundo. Por su historia, por su trascendencia, por las incontables horas de alegría que construyó, Privilege se merece un adiós por todo lo alto, pero todo indica que no será así. 

Los veteranos de la guerra del Vietnam ibicenca, afirman con pasión que nunca existió algo parecido al Ku, la antigua marca de Privilege. Un espacio de libertad absoluta y de locura total, una máquina de felicidad interminable llena de colorido y de transgresión. Si Babilonia, si Sodoma o Gomorra hubieran tenido un club en aquellos años, sin duda ese club hubiera sido Ku Ibiza.  Por desgracia no llegué a vivir esa época, mis recuerdos de Privilege se remontan a los primeros años del 2.000, cuando el club aún se encontraba fuerte y era capaz de mirar cara a cara a su competencia. Y sobre todo lo hacía gracias a una fiesta que durante muchos años fue la líder indiscutible en la isla: Manumission. Nadie como Manumission fue capaz de aprovechar las virtudes de Privilege, de encajar todas las piezas para brillar más allá del firmamento. Asistir a uno de sus eventos era una experiencia inenarrable, cuando en el vocabulario clubbing aún no existía el adjetivo “inmersivo”, Manumission lo utilizaba de una forma orgánica, ya que era una parte intrínseca de su ADN. Por eso no es de extrañar que muchos afirmaron que con su marcha, comenzó el declive de Privilege. 

Nada en esta vida es eterno, nada dura para siempre. Aunque nos empeñemos en creer que los lugares en los que hemos sido felices perdurarán para siempre, que permanecerán inmutables e incorruptos, la cruda realidad es que todos y cada uno de ellos se irán apagando lentamente hasta convertirse en un recuerdo tatuado en nuestra memoria.

Descansa en paz Privilege Ibiza, te lo mereces.

 

Jonatan Gutiérrez Fernández