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DIPEF ALZA LA VOZ: LA MÚSICA TAMBIEN ES PATRIMONIO CULTURAL.

En las últimas semanas, diversos establecimientos de Ibiza se han visto afectados por precintos, retirada de licencias y prohibiciones a la actuación de DJs. Frente a esta situación, DIPEF (DJs y Productores de Ibiza y Formentera) ha emitido un contundente comunicado en defensa no solo del colectivo artístico, sino de la música como patrimonio cultural inmaterial de la isla.

Desde la asociación se reconoce la necesidad de una regulación clara, justa y coherente para todos, pero denuncian la actual situación de normativas arbitrarias y desiguales entre municipios, que está poniendo en jaque la cultura musical de Ibiza. “Cinco ayuntamientos, cinco ordenanzas distintas. Todo esto en lo que probablemente sea el lugar con más actividad musical por metro cuadrado del mundo”, afirman.

Uno de los detonantes ha sido la reciente prohibición de actuaciones de DJs en el mítico local de Ses Salines, derivada de una normativa sobre parques naturales. DIPEF cuestiona cómo, tras décadas de convivencia entre música y entorno natural, se pueda considerar la presencia de un DJ como un “evento” prohibido, y propone reinterpretar legalmente esta figura como lo que realmente es: un servicio cultural. “El chef cocina. El camarero sirve. El DJ selecciona la música”.

La plataforma recuerda que la figura del DJ ha sido clave para construir la marca Ibiza en el mundo, creando momentos únicos, íntimamente ligados al recuerdo colectivo de miles de personas. No se trata solo de fiesta o entretenimiento: se trata de identidad, historia y cultura. “La música forma parte del alma de la isla”, remarcan.

DIPEF también hace un llamado a reconocer formalmente el valor de esta herencia. “Si el techno en Berlín ha sido reconocido por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, ¿por qué en Ibiza no hemos reclamado nuestra personalidad musical con ese mismo orgullo?”.

Tras años de reuniones con la administración y propuestas bien estructuradas, el colectivo denuncia la falta de respuestas y apoyo. En un entorno cada vez más masificado y orientado al turismo de consumo rápido, piden que no se relegue la música ni a los artistas locales.

«Música es cultura», concluyen. Y como tal, exigen su protección real y efectiva.