TIME LOST:

ES LA HORA DE REINVENTAR LA ESCENA NACIONAL

Debemos asumirlo, va a pasar mucho tiempo hasta que la maquinaria de la industria clubbing vuelva a ponerse en marcha. El ocio nocturno ha sido seleccionado como el chivo expiatorio de la irresponsabilidad del hombre, señalado como el gran culpable de nuestros actuales males. Pero igual de hipócrita es responsabilizar a este sector de los rebrotes como apuntarse a las teorías negacionistas que afirman que los clubs no son un foco de infección. Lo son, nadie con dos dedos de frente puede negarlo. Pero también lo es el metro, los aviones, los trenes, los centros comerciales, los puticlubs, la guardería de tus sobrinos, la panadería de la esquina y la casa de tu tía Ramona en la que habéis quedado toda la familia para celebrar su cumpleaños. No existe un espacio 100% seguro excepto en el que puedas aislarte completamente del mundo.

Esta situación de incertidumbre, de confusión ante la catarata de información diaria que nos atropella, nos puede encaminar hacia dos estados. Uno de abandono y dejación que te mantenga hundido en tu sofá jugando a la “Pley”, o uno en el que buscar una transformación que nos ayude a afrontar de una manera más productiva el momento en el que esta mierda del COVID se convierta en un mal recuerdo. Por eso dentro de la desgracia y de la ruina que ha traído esta pandemia al sector clubbing, existe una oportunidad de que todos los actores implicados puedan crecer y situar a la escena nacional en el lugar que se merece. Para ello lo primero es asumir una triste realidad, aunque tengamos los mejores clubs y alguno de los mejores festivales electrónicos del mundo, el peso de la escena española es insignificante en el panorama internacional. ¿Por qué? Los motivos son muchos, pero los más importantes han sido el desapego de la sociedad española a este estilo musical, las campañas de desprestigio de esta forma de vida, el nulo apoyo de instituciones y de medios de comunicación generalistas, la desfasada visión de muchos propietarios de clubs,  la frustración de nuestros DJs ante la falta de oportunidades y la ausencia de liderazgo de los grandes nombres patrios cansados de luchar contra molinos de viento.

¿Podemos cambiar esta dinámica? Muy complicado, son muchos años de errores repetidos que han permitido a otros países adelantarnos a la velocidad del correcaminos. Pero en una época en la que soñar es la mejor receta contra la realidad, podemos agarrarnos a la esperanza de que la escena modifique su rumbo. Para ello todos debemos resetear y olvidar lo aprendido.

DJS

Por desgracia por vosotros mismos no podéis cambiar el rumbo de la escena, bastante hacéis con sobrevivir en un país que os menosprecia y que se vuelve loco cuando le venden una moto de fabricación extranjera. Aunque os sintáis discriminados, vapuleados, no os alejéis de la gente, tenéis que ser más accesibles y sobre todo más generosos entre vosotros. No hay deporte con mayor éxito en nuestro país que despellejar a un colega de profesión. No os sintáis menos que nadie, os aseguro que musicalmente la diferencia entre los artistas nacionales y los internacionales es inexistente. La calidad de la electrónica que se realiza aquí es incuestionable, España tiene productores y DJs que no le tienen nada que envidiar al resto, bueno sí, quizás su caché. ¿Entonces si tenemos tanto talento como es que la repercusión de nuestros artistas es testimonial? No sabemos vendernos, somos un sector conformista sin pretensiones. A nuestros artistas les cuesta comunicar, les cuesta abrirse más allá de su producción musical, muchos desde su talibanismo consideran la comunicación como algo inútil ya que para ellos la música es el único canal válido para llegar a la gente. Si queréis que nuestro país se equipare a otros en los que existe una industria de la que viven un montonazo de gente, si queréis llegar a la jubilación viviendo de vuestro sueño, debéis exponeros y tomar partido de una vez por todas, queremos saber quién coño sois para conocer y apreciar mejor vuestra música. Y no olvidéis este mantra, repetirlo sin cesar para ver si de una vez logramos introducirlo en el pensamiento colectivo nacional: La música electrónica es cultura.

 

CLUBS

Poco os puedo decir en este contexto en el que estáis siendo señalados como los malos de la película. Da igual que cumpláis las normas, que adaptéis vuestros proyectos a la coyuntura actual, hasta que no haya una vacuna los clubs y los festivales serán unos de los más perjudicados económicamente por esta pandemia. Los que sobreviváis a esta inesperada y cruel selección natural, debéis tener claro que vosotros podéis cambiar las cosas. Llevo muchos años en esto y he trabajado en las calderas de alguna de las mejores discotecas del mundo, por lo que conozco los dilemas y las dificultades que conlleva apostar por algo que vaya en contra de lo establecido. Y lo establecido es que la gente demanda nombres más que música. Este es lamento de muchos responsables de programación, a los que les gustaría dejar atrás la tiranía de los nombres y ofrecer a sus clientes calidad y sangre fresca. Pero al final acaban rindiendo al axioma de la ortodoxia liberal que asegura que la gente ve y escucha lo que quiere. Una afirmación con la que personalmente estoy en desacuerdo, ya que pienso que si eres constante, creativo, coherente y lo suficientemente empático para lograr crear algo estimulante, la peña verá y escuchará lo que le pongas. Y recordad, aunque a vuestros negocios se les incluya dentro del sector del ocio, insistid hasta la extenuación que la música electrónica es cultura.

 

MEDIOS DE COMUNICACIÓN CLUBBING

Bastante hacéis con sobrevivir. Lo vuestro puede definirse como un acto de heroísmo…, o de irresponsabilidad. Porque en este gran negocio, los parias son los periodistas y los medios que tratan de levantar proyectos en la mayoría de los casos abocados al fracaso. Nadie os apoya, nadie os mima y nadie entiende la importancia de una comunicación objetiva. Porque la subjetividad de las redes sociales corporativas de clubs y artistas, lo único que consiguen es crear una atmósfera endogámica de nula credibilidad. Los medios de comunicación enriquecen la escena, no solo por mantener un seguimiento diario de las noticias más importantes de la electrónica, sobre todo porque ofrecen a los artistas, a los clubs y a los festivales una ventana objetiva más allá de sus propios canales. Por pereza, por enfado, por optimización de recursos, la mayoría de los clubs, artistas y festivales no mantienen un contacto directo con los medios de comunicación. Las agencias de PR (que hacen un gran trabajo) se han convertido en los intermediarios de contenido, lo que ha supuesto la estocada final a la prensa clubbing, porque el poco presupuesto en comunicación de los actores principales de esta industria ha ido a parar a las agencias. Una política abocada a la extinción de los medios, ya que si estos no son apoyados y terminan desapareciendo…, ¿dónde van a enviar sus notas de prensa las agencias? Sobre el tema de que electrónica es cultura, vosotros periodistas y medios lo sabéis mejor que nadie, así que solamente me queda desearos buena suerte y aseguraros que todo el trabajo que habéis realizado durante vuestra trayectoria no ha sido en vano.

¿Lograremos cambiar la escena electrónica en nuestro país? Quién sabe.., la actualidad y la bajona generalizada en la industria nos asegura que no, que nos esperan años de travesía en el desierto recogiendo migajas. Pero nada auténtico se construye desde el éxito, se necesita tocar fondo para volver a escalar hacia la cima, se necesitan cenizas para que resucite el fénix. Así que este periodo de mierda que estamos viviendo es el perfecto para la reconstrucción, si la escena electrónica nacional tiene una posibilidad de girar los ejes de la historia…, es precisamente en este momento. ¿Seremos capaces de hacerlo? Yo me apunto.

Jonatan Gutiérrez Fernández