TIME LOST:

PARADISE OPENING PARTY REVIEW: LA ESPERA MERECIÓ LA PENA

Dos años. Dos años esperando a que llegara este día. Dos años preguntándonos como sería la mudanza de Paradise a Amnesia. Dos años imaginando como Jamie Jones se desenvolvería en La Terraza con una residencia propia. Pues bien, han pasado los dos años y aunque han sido muy duros, la espera ha merecido la pena. ¿Por qué? Porque hemos tenido la suerte de vivir un opening party colosal, porque Paradise ha demostrado que el cambio de aires le ha sentado muy bien y que dejar el DC10 fue la decisión correcta para crecer como marca.

Llegué a Amnesia con la típica duda que te asalta cuando una fiesta cambia de hogar. ¿Encajará? ¿Será lo mismo? ¿Le irá bien? Pero al pasar la puerta de la entrada todas las dudas se despejaron de inmediato. Las dos salas lucían espectaculares con una puesta en escena y con una producción que el DC10 no puede ofrecer. Desde primera hora el club registraba una gran entrada, el tirón de Paradise entre el clubber ibicenco con pedigrí es innegable y el magnetismo de Jamie Jones en el público general es incluso mayor. Así que todo prometía que pasaríamos una noche inolvidable.

En la main room, bautizada para esta fiesta como The Music Box, la encargada para abrir las hostilidades fue Manda Moor, esta emergente DJ y productora danesa-filipina afincada en París, confirmó sus buenas críticas con su estilo entre el House y el Techno, influenciado por el House de Chicago de los años 90, aunque con un toque de groove y tecnología. Oden & Fatzo  nos ofrecieron un live de gran calidad, repleto de pequeños detalles estimulantes.  East End Dubs siguieron incrementando la calidad musical de la fiesta y  Archie Hamilton dejó claro porque es uno de los artistas underground más respetados dentro de la escena house y techno. El último en subirse a la cabina fue Alan Fitzpatrick, que dio toda una lección de cómo cerrar una sala con clase, elegancia y sobrado de energía.

En La Terraza no cabía un alma, era el epicentro de Amnesia y todos esperaban la llegada de los artistas con impaciencia. Yulia Niko se encargó de calmar esos ánimos con un set fluido, el perfecto preludio para la actuación de Richy Ahmed, uno de los clásicos de Paradise que no defraudó y que puso patas arriba la sala. Para poner más fuego en el asador nadie mejor que Hot Since 82, el DJ de Yorkshire dejó claro desde el minuto uno que quería que su sesión pasara desapercibida. Uno de los momentos álgidos llegó con Joseph Capriati, al italiano se le nota que esa sala está diseñada para explotar todo su potencial y que conoce como nadie los hilos que mueven a sus habitantes. Una vez más Capriati desarrolló un techno hábil y emotivo, entregado con precisión, estilo y energía contagiosa. Pero el momentazo de la noche llegó cuando Jamie Jones tomó los mandos de la cabina. Ya habíamos flipado con él en el opening de Amnesia, pero en esta ocasión se notaba que se trataba de su fiesta, de su bebé, y desde la primera nota se entregó en cuerpo y alma. La magia de Jamie y la magia de la luz del amanecer se fusionaron y transformaron la Terraza en un espacio irreal, con una música de otra categoría y con una atmósfera de buen rollo que concluyó con una ovación generalizada.

Otra gran noche en Amnesia, otra gran noche de música electrónica y la confirmación que Paradise va a estar en lo más alto del pódium de la temporada ibicenca en cuanto a calidad musical se refiere. Una fiesta que te invita a repetir la experiencia una y otra vez.