TIME LOST:

SERIES & BULLSHIT #6: DEVS

En un tiempo de sobredosis de oferta audiovisual, resulta complicado abarcar la inmensa producción de series que las diferentes plataformas lanzan al mercado. A no ser que te dediques a tiempo completo a visionar de manera compulsiva todas y cada una de ellas, es imposible seguir al día los nuevos lanzamientos. Es verdad que con la pandemia ese torrente descontrolado se ha ralentizado, pero con la llegada del otoño la maquinaria ha vuelto a la carga. La base del éxito de las series es su facilidad para generar adicción, activando en nuestro cerebro mecanismos que nos arrastran a consumirlas compulsivamente. Esta compulsión es mucho más fácil de conseguirla cuando el producto es prácticamente ilimitado, cuando el escaparate se encuentra repleto y eso amplía el arco de posibilidades de elección. Pero uno de los problemas de tener una gran oferta, reside en que en ocasiones pequeñas joyas que no tienen detrás una gran campaña de marketing y pasan desapercibidas para el gran público. Series de una calidad excepcional y de temática profunda de las cuales solo te enteras por el boca a boca o por la crítica de la prensa especializada. Este es el caso de DEVS, un diamante filosófico y creativo que nos empuja a darle vueltas al coco y a reflexionar sobre la existencia misma del ser humano.

DEVS es una miniserie de 8 capítulos que podría incluirse dentro del género de ciencia ficción, aunque no esperéis distopía, ni marcianos, ni viajes espaciales por el universo. Su trama sucede en un futuro cercano, muy similar a nuestra sociedad y cuya única diferencia palpable es que las aplicaciones de la teoría cuántica son una realidad. La acción transcurre alrededor de una compañía tecnológica, dirigida por el creador del primer ordenador cuántico, que junto a una serie de colaboradores estrechos trabajan en un proyecto ultra secreto. Tras la desaparición de uno de esos colaboradores, su novia comienza a sospechar que algo raro está ocurriendo y se pone a investigar por su cuenta qué demonios ha pasado y dónde está su churri. Hasta aquí nada que no hayamos visto antes, pero poco a poco, junto con la protagonista principal, nos vamos adentrando en un relato que trasciende lo ordinario y que nos incita a abrir nuestra mente ante posibilidades que superan el concepto tradicional de realidad. Esta es una de esas series que demandan un ritmo pausado, reflexivo, educativo, y que te obliga a permanecer delante de la pantalla durante todo su metraje, ya que de otra forma es fácil despistarse y dejar en el tintero pequeños detalles y pequeñas piezas que ayuden a resolver el puzle. Con esta serie eso de ir a echar un pis o andar revisando el instagram durante su visionado, es un gran error que conseguirá que la experiencia no sea completa.

Hasta hace muy pocos años, los hombres más poderosos del mundo solían ser aquellos que controlaban las materias primas. En las listas de millonarios y de gente influyente siempre aparecían en los primeros puestos magnates que habían conseguido el éxito explotando recursos naturales de todo tipo. Personas oscuras y discretas, educadas en las viejas formas de hacer negocios y de una estética parecida al señor Burns de los Simpsons. La nueva generación de poderosos “billonarios” son lo opuesto, jóvenes o con aspecto joven, mediáticos, audaces y sin ningún reparo a la exposición pública. Los Zuckerberg, los Musk, los Bezos, en este tipo de perfiles se basa uno de los personajes más importantes de DEVS, el genio y dueño de Amaya, la empresa creadora del primer ordenador cuántico. Un tipo que a primera vista inspira confianza, ya que es una versión aseada de “The Dude”. Pero si te adentras en sus ojos, en su mirada, enseguida te das cuenta que algo no va bien ahí dentro. Porque la bendición de una inteligencia superlativa suele acabar siendo la maldición de la locura.

Me estaría pegando tiro en el pie si se me ocurriera ponerme ahora a explicar todo el rollo cuántico. Ahora mismo lo que narra la serie podría ser calificado como ciencia ficción, pero estamos muy cerca de que no lo sea. Y eso supondría un cambio en nuestras vidas superior al de cualquier revolución industrial de la historia. DEVS no profundiza en los cambios sociales y económicos de la aplicación de las herramientas cuánticas, su relato es más ambicioso y apunta a lo existencial y a romper todas las concepciones sobre la realidad y sobre el ser humano.

Desde Series & Bullshit os animamos a que le deis una oportunidad a DEVS, que os dejéis hipnotizar por el ritmo y por el reto de resolver un rompecabezas con sorpresa final. Una serie con una estructura primaria clásica que alimenta la curiosidad del espectador y que nos muestra un futuro que está más cerca de lo que todos pensamos.

Jonatan Gutierrez