TIME LOST:

TRES AÑOS EN LA CÁRCEL EN IBIZA, ENSEÑANDO MÚSICA ELECTRÓNICA MIENTRAS DEMOSTRABA SU INOCENCIA.

La música, esa fuerza capaz de transformar entornos y redefinir destinos, fue la que mantuvo viva la esperanza en una historia que parecía destinada a no arreglarse.

En estos últimos días hemos conocido la historia de Francesco Alesse que fue detenido en agosto de 2020 en Ibiza  Acusado de pertenecer a una red internacional de tráfico de drogas, el protagonista de esta historia pasó casi tres años tras los muros del centro penitenciario de Ibiza. Allí, lejos de los clubes y los festivales, encontró una nueva forma de compartir la música: impartiendo talleres de producción electrónica a otros internos. Lo que comenzó como un intento de sobrellevar la reclusión, se transformó en un aula improvisada donde los sintetizadores y cajas de ritmos sustituyeron al silencio y la rutina.

Recientemente, una sentencia judicial le devolvió la libertad y limpió su nombre. A lo largo de ese tiempo, nunca dejó de afirmar su inocencia. Porque, incluso en los lugares más sombríos, el pulso de la música sigue marcando el camino.

Vivió entre rejas, enseñó música y salió inocente: su historia en la cárcel de Ibiza.