TIME LOST:

UN VERANO DE ESCUADRA Y CARTABÓN (O CÓMO EL CONCEPTO VIP CONQUISTÓ DEFINITIVAMENTE IBIZA)

Es matemático. Me pasa todos los años. Cada vez que el sol hace acto de presencia unos cuantos días seguidos, las temperaturas suben y comienza a sentirse la llegada de la primavera, mis colegas me acosan con la misma pregunta: ¿Qué va a pasar en Ibiza? Antes de la pandemia la pregunta estaba impregnada de ilusión y sana curiosidad. Ahora el tono es totalmente diferente, ya que mezcla a partes iguales preocupación y desesperación. Preocupación de los amantes del clubbing que no quieren pasar otra temporada alejados de la pista de baile, y desesperación de los trabajadores del sector que ven como su situación no para de empeorar.

Mi respuesta no puede ser otra que prepararos para lo peor. Si algo hemos aprendido este año es que no podemos confiarnos, cada vez que sacamos la cabeza del agua para tomar un poco de aire recibimos una bofetada que nos devuelve al fondo. Esto no significa que debamos tirar la toalla, acurrucados en una esquina de nuestra casa comiendo durums escuchando en bucle el Berlín de Lou Reed. Este verano será diferente al del 2020, pero por desgracia no tendrá nada que ver al que vivimos en 2019.

Aunque todos deseamos que de repente suceda algo positivo y milagroso que dé vuelta a la situación, aunque todos esperamos un nuevo gol de Iniesta en Johanesburgo, la cruda realidad nos indica que este verano no veremos clubs abarrotados y festivales multitudinarios. Incluso si por arte de magia consiguiéramos que el 70% de la población europea estuviera vacunada en junio, las restricciones para el sector clubbing seguirían sobre la mesa. ¿Eso significa que los clubs no abrirán este verano? Si los números de la pandemia no siguen creciendo y si el ritmo de vacunación consigue que todos los mayores de 60 años y las personas de riego hayan recibido sus dosis, volveremos a escuchar música en recintos cerrados.

Algunos de los clubs más importantes de Ibiza van a abrir. Lo tienen claro. Y ya sabéis que esto provoca una reacción en cadena, si abre uno los otros no se van a quedar atrás. Ya están trabajando en diferentes escenarios, pero el más plausible es el que les ha llevado a desenterrar la escuadra y el cartabón. Porque, por desgracia, las pistas de baile se van a transformar en parcelas, en espacios independientes en los que solo se va a interactuar con un número limitado de personas. Podemos decir que más que al de una discoteca, el concepto se asemeja al del café concierto, en el que la gente se reúne alrededor de una mesa para disfrutar de una actuación musical. Lo que pasa que en este caso no habrá café, más bien botellas clicladas de Moet Chandon. Por culpa de la pandemia, esta temporada la escena clubbing en Ibiza se verá fagocitada por la cultura vip. ¿Es una mala noticia? Si dejamos a un lado el contexto en el que vivimos, sería una pésima noticia. Algo catastrófico y que acabaría con la esencia del clubbing. Pero en la situación en la que estamos de ruina total, por desgracia cualquier migaja nos parece un manjar. Una solución como ésta salvaría muchos clubs y muchos puestos de trabajo. Porque 2 años de parón total no es una condena.., es una sentencia de muerte.

No os podéis imaginar las ganas que tengo de escribir un artículo sobre miles de personas en Amnesia duchadas por la espuma, miles de personas viendo aterrizar un avión desde el DC10, miles de personas disfrazadas en el Flower Power de Pacha, miles de hormigas bailando en Ushuaïa y miles de personas hipnotizadas por la puesta de sol de Café del Mar. Me muero de ganas de estar rodeado de miles de personas…, ¿y vosotros?

Jonatan Gutierrez
Foto: milanotre.at